Historia de viaje: Viviendo en un monasterio del 1500 en Italia

Historia de viaje Monasterio
Historia de viaje – Monasterio

Muchos se preguntarán como terminé viviendo en un Monasterio italiano del 1500. Sí, era una construcción super antigua. Obviamente gran parte de ella estaba renovada y mantenida en muy buenas condiciones. Pero sin ninguna duda era una construcción con muchísima historia, lo que la hacía super interesante, pero al mismo tiempo también un poco tenebrosa, sin duda fue el viaje donde más miedo pasé.

Esta historia de viaje tiene en parte que ver con mi post de tramitar ciudadanía italiana por descendencia en Italia. Hace muchos años atrás, más de 10 años, cuando no era tan común el viajar afuera, y menos que menos viajar sola. Tampoco en ese entonces estaba tan popularizado el tramitar la ciudanía italiana en Italia como si lo está hoy en día.

Hice el viaje específicamente a Italia con el objetivo de tramitar mi ciudadanía ya que el tramite en Argentina hacia años que no avanzaba, pero no imaginaba toda la historia que iba a ser. Yo estaba interesada en quedarme un tiempo en Europa, vivir, trabajar, por lo que mi ciudadanía italiana era fundamental para poder hacer todo eso libremente y sin tantas complicaciones de visas, etc.

Mi primer intento fue tramitarla en Milán, pero al poco tiempo desistí ya que primero me dijeron que el trámite se podía extender hasta ocho meses o hasta un año, y segundo porque tuve problemas con quien me dijo que iba a poder usar su dirección como residencia. Para quien leyó mi post o está en el tema sabrá que la residencia es un paso imprescindible para tramitar la ciudadanía.

Ahí fue cuando decidí que lo ideal sería hacer el viaje al pueblo donde había nacido mi antepasado italiano y tramitarla allí. Ya que sabía que en los pueblos el trámite era muchísimo más rápido. Pero aún seguía con el mismo problema de cómo conseguir una dirección para usar como residencia. En un principio fui a una inmobiliaria ya que estaba dispuesta a alquilar un lugar por algunos meses y así tener un contrato legal de alquiler para poder presentar al momento de hacer mi residencia. Me dijeron que por lo general los contratos eran de tres años, y tal vez se podía conseguir alguno de uno. Pero resumiendo era muy complicado. Tampoco es tan fácil aceptar un contrato extenso y disolverlos a los tres meses porque tienen sus cláusulas, por lo que tuve que descartar esa opción.

Hablando con un conocido me dijo que preste atención a los establecimientos religiosos ya que las monjas manejan todo en los pueblos y tal vez podían ayudarme. Da la casualidad de que tiempo atrás cuando viaje al pueblo por primera vez, me encontré con un monasterio, el cual me intrigó mucho, siempre sentí curiosidad por la historia de lugares tan antiguos. Siempre quise conocer uno y en Italia, más aún, me llamaba mucho la atención. Por lo que lo había buscado en internet y había averiguado para poder ir un par de días “de retiro espiritual” pero en realidad mi objetivo era conocer todo, su historia, la arquitectura, etc., más que irme de retiro. Ya que más allá que soy católica no soy practicante.

Historia de viaje
Historia de viaje

Así que decidí irme unos días a quedarme al Monasterio y de paso hablar con las monjas y contarles mi situación. El retiro consistía básicamente en estar ahí, ir a las misas, había varias por días, a mi sinceramente me aburrían mucho las misas, pero bueno, iba a la de la mañana.

Después a la hora de las comida yo no podía comer con ellas porque eran monjas de clausura. Estaban en silencio. Así que simplemente tenía que buscar mi comida y llevármela a la habitación. Me pareció muy gracioso porque yo le había dicho a la Madre Superiora que no comía carne pero que me encantaban los chocolates. Entonces cada vez que iba a buscar la comida era por ejemplo un bowl de lechuga así seca sin nada y un plato lleno de bocaditos de chocolate, o tabletas enormes de chocolates jajaja. Lo que no se hubiera imaginado es que yo tampoco era fan de las verduras y menos que menos crudas. Vivía básicamente a harinas o productos de soja y cosas dulces.

Otro de los motivos para querer ir a ese retiro fue que yo planeaba evangelizar a las monjas con el tema de no comer animales. Me interesaba mucho plantearles el tema y quería hacerles entender que era incoherente lo de ser católico, creer en Dios y al mismo tiempo matar parte de su creación por algo tan banal como el gusto por la carne, ya que Dios era misericordia y nunca hubiera creado animales sintientes, con sistema nervioso, con el objetivo de asesinarlos, no tenía sentido.  Me salió mal porque no tenia contacto con ellas, o sea, las veía en las misas, o deambulando por ahí pero no podíamos hablar, no compartíamos comidas o charlas. Con la que si podía hablar era con la Madre Superiora, pero tampoco es que compartíamos comidas o actividades.

Creo que fue el primer día o uno de los primeros que me puse a charlar con la Madre Superiora, tengan en cuenta que en ese momento mi italiano no era muy bueno ya que al llegar a Italia era nulo, y fui aprendiendo con el paso del tiempo. Le conté todo lo de la ciudadanía y que era un tema que tenía que resolver ya que me preocupaba bastante. Ella me dijo que no me veía enfocada en un retiro espiritual, en estar en silencio y todo eso. Pero que me podía ayudar, que la deje ver como hacía.

Unos días más tarde me dijo que se puso a hablar con su abogado y que vaya a su oficina así teníamos una reunión los tres. Bueno resumiendo me dijo que si, que me iba a ayudar. Que justamente en el edificio del monasterio, o sea pegado, pero era todo parte de lo mismo, había una especie de departamento, casita chica. Este lugar estaba disponible para todo aquel que quisiera usarlo y quedarse unos días como una especie de retiro, pero sin tener contacto con las monjas.

Historia de viaje Monasterio Italia
Historia de viaje – Monasterio Italia

No era el mismo retiro que yo había tenido ya que yo estaba dentro del sector donde estaban ellas. Pero si yo quería podía sacar la residencia en este lugar. Viéndolo desde afuera estaba todo el monasterio, la iglesia, y había dos puertas casi pegadas una con la otra. Una de ellas era la del monasterio, y la otra daba a una especie de hall de entrada donde había varias puertas y una era la de esta casita. Pero estaba todo dentro del monasterio. No eran edificios separados, y estaban interconectados también.

Sinceramente me puse feliz porque era un problema enorme que tenía en ese momento y había agotado todas las opciones. Y en ese momento la Madre Superiora me salvó. En este lugar obviamente no tenías que pagar nada, pero podías dejar una colaboración, cada uno dejaba lo que quería. Yo obviamente le dejé lo adecuado teniendo en cuenta el tiempo que iba a estar, y también teniendo en cuenta que me había solucionado un problema enorme. No solo eso, sino que siempre me regalaba un montón de comida y cosas que eran carísimas, chocolates, etc. Al permitirme utilizar este lugar ella me hizo con su abogado una carta de hospitalidad que decía que yo estaba viviendo allí etc, etc. Ya que para tramitar la residencia necesitas esto o sino un contrato legal de alquiler.

Así que ahora debía quedarme en este lugar hasta que pasen a controlar desde la comuna que yo realmente vivía allí por lo que no me podía dar el lujo de estar saliendo todo el tiempo. Tenia que en lo posible intentar estar ahí. Lo que empecé a notar con este lugar tan antiguo como todo el edificio es que me daba mucho miedo estar sola allí. Pero no me imaginé en un principio lo difícil que se haría vivir en este lugar. Tengan en cuenta que estuve como dos meses en total si no me equivoco o tal vez algo más con idas y vueltas.

Cuando entrabas por la única puerta que daba al hall de entrada del monasterio estaba la cocina living, había mesa y sillón, allí había una puerta (que no cerraba del todo) y esta daba a una especie de habitación que en un parte tenía una escalera con una especie de entrepiso y la otra era un pasillo larguísimo. Todo esto sin puertas, así era el ambiente. Cuando estabas allí y subías por esas escaleras te encontrabas con una habitación alargada llena de camas como de hospital, con cortinas y biombos. Parecía ser esas salas de hospitales de guerra improvisadas para atender a la mayor cantidad de gente posible.

Estaba todo en muy mal estado, sucio, descuidado, viejo, detenido en el tiempo. Y todavía podías encontrar instrumentos médicos. Era inevitable ponerme a pensar en toda la historia del lugar, en todas las personas que habían pasado por ahí, y en todo lo que habrá sucedido, nunca me hubiera imaginado esto antes de realizar el viaje.

Todo eso me dio más miedo todavía, ¿se habrá muerto gente allí? Me fui, bajé las escaleras y seguí por el pasillo larguísimo. Al fondo de ese pasillo había 3 puertas. Dos de ellas estaban pegadas una de la otra, una era la habitación y la otra el baño. Y después un poco más lejos estaba la puerta que daba a una especie de patiecito chiquito.

Yo siempre fui una persona muy miedosa, al extremo. Pero bueno, al ir pasando los años es como que lo fui superando. Mirando atrás, mi historia, nunca me hubiera imaginado que podía hacer un viaje sola, y estar en este tipo de lugares sola, era impensado. De cualquier manera, el miedo a ciertas cosas lo seguía teniendo. No es que había superado todo. Y estar en ese lugar tan tétrico era algo muy difícil para mí.

La primera noche decidí dormir en esta habitación que estaba muy lejos de la cocina y de la puerta hacia el halll y también de la salida a la vereda. Yo por lo general cuando tengo mucho miedo me siento segura saliendo a la calle. Porque mi miedo era mas a lo que no podía ver, es decir, a cosas sobranaturales, espíritus, sí jaja, es que ví muchas películas de terror. Pero bueno duermo ahí porque era la habitación donde estaba la cama… Así que lo intento.

Cabe aclarar que duermo con la luz prendida porque tenia miedo, es algo que sigo haciendo hoy en día en muchas ocasiones sobre todo si estoy sola. No dormí bien claramente, y en el medio de la madrugada me despierto después de haber tenido una pesadilla horrible. Había soñado que había alguien poseído y que yo me ponía a rezar un padre nuestro, o era yo la poseída, no me acuerdo. Eso hizo que piense “ah ok me parece que tengo razón en tener miedo a este lugar porque sino porque tuve esa pesadilla tan rara”.

Al día después hago un descubrimiento aún todavía más tenebroso. En esta habitación había un par de muebles. Uno de ellos era un armario de dos puertas. Cuando me pongo a observar el lugar me doy cuenta de que había como una puerta detrás, así que lo corro. Efectivamente había una abertura, un marco pero sin puerta. Me meto adentro y se veía como materiales de construcción y como que hubieran estado haciendo arreglos, pero era todo como pasadizos secretos. Eso conectaba a otras partes del monasterio. Pero me dio tanto miedo de encontrarme alguien metido ahí que no pude ver más y me fui. Si hubiera estado con otra persona pienso que hubiera sido super interesante y entretenido recorrer toda esa parte interna del monasterio. Pero no era algo que me animaba a hacer sola.

Monasterio
Monasterio

Decidí que ni loca dormía otra noche en esta habitación. De ahí en más dormía en la cocina en el sillón que había y obviamente con la luz prendida. El problema era que la puerta que separaba la cocina de ese espacio con esa escalera y pasillo no cerraba del todo. Por lo que tuve que atarle algo a la manija con el sillón para mantenerla lo más cerrada posible. Ya que sino no me daba ninguna seguridad. Y otro problema era que el baño quedaba al lado de la habitación donde dormí la primera noche, muy lejos de la cocina. Por lo que cuando oscurecía yo ya no iba al baño, no me importaba si me estaba por explotar la vejiga, pero hasta el otro día no iba más.

Después de varios días parece que evidentemente la Madre Superiora se dio cuenta que yo dormía en la cocina y con la luz prendida. Uno de esos días me llamó para hablar y me dijo que no tenia que tener miedo, que por qué dormía en la cocina, que esta era la casa de Dios y que nada malo podía pasar. Entiendo que era la casa de Dios y no tenia el miedo que tenía ahí cuando estaba en la otra parte del monasterio. Pero en esa casita perdida dentro de toda la estructura había visto cosas raras entonces era muy difícil estar tranquila.

Historia viaje
Historia viaje

Sinceramente en un momento tenía dudas de todo el viaje, ya que era muy complicado, no solo permanecer en ese lugar que me daba terror, por lo viejo que era, y toda la historia que tenia, sino también por los problemas que había tenido al intentar tramitar la ciudadania.

El tiempo pasó y yo seguí sufriendo y padeciendo el estar ahí. Hasta que finalmente pasaron a controlar que yo realmente vivía en ese lugar. Y ahí fui libre. Lo mas gracioso es que me llamaron por teléfono para avisarme. Cosa que no es seguro que pase. Por lo que yo intentaba estar todo el día en ese lugar. Después me pude ir. De todas formas, tuve que volver en un par de ocasiones para realizar distintos tramites. Pero toda la experiencia quedó como una historia más de viaje.

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